Converse

Ayer me faltaba un zapato izquierdo, negro y femenino; de esos que uno consideraría sensato utilizar con el uniforme de la escuela. Con ese uniforme que aunque no me desagrada, tampoco es mi favorito y que se usa sólo en casos extremos, como tirar el cereal encima del otro a las 10:30 de la noche anterior. Así que a las 6:59 de la mañana del día en cuestión, me encontré vaciando la zapatera en busca de un zapato que no habría de aparecer. El tiempo corría, y yo no podía salir de mi casa; necesitaba una alternativa a los zapatos negros y bonitos. Ante la presión de salir o irme en el siempre confiable transporte público de la Cd. de México, decidí usar el que alguna vez fue mi primer par de Converse (negros, un poco rotos y bastante sucios). La combinación me pareció bastante buena, hasta mejor que el plan original de utilizar los zapatos bonitos. 

Evidentemente, el mundo no pensaba lo mismo. Desde el momento en el que me baje del coche y vi la cara de mi madre cuando los vio, me di cuenta que todo el mundo iba a tener algo que decir. Pasé el resto del día escuchando cosas como «Es que te ves bien chistosa con tus tenis», «Sólo por ser quien eres te lo perdono» y «Pues… se ve bien, pero yo no lo usaría». Alguien me preguntó que si no gastaba demasiado dinero en tenis, a lo que respondí que los Converse eran baratos, pero bastante feos y corrientes (lo cual no es ninguna mentira) además de un poco incómodos. Obviamente, cuando uno habla tan mal de los zapatos que trae puestos, no hace más que buscarse que le pregunten porqué usa los ya mencionados zapatos. Desafortunadamente, no me esperaba la pregunta y por lo tanto no pude responderla. Mi silencio dio lugar a que se asumiera que uso Converse por moda, cosa que considero incorrecta, al menos parcialmente (del marketing nadie se libra). 
Han pasado más de 24 horas desde que se hizo el comentario pero por alguna razón no puedo superarlo. Nunca he estado muy informada acerca de lo que está o no de moda, ni sé mucho de marcas y del dinero que se gasta uno comprándolas; sin embargo, creo en el estilo y en las razones que hacen que la gente se ponga lo que se pone. Recuerdo que en los tiempos en los que Converse se declaraba en bancarrota, yo estaba en secundaria y empezaba a desarrollar los que se convertirían en mis eclécticos gustos musicales. Sid Vicious, Joe Strummer, Slash, Eddie Vedder y muchos otros compartían dos características: hacían música que no pertenecía al mainstream y usaban unos tenis bastante curiosos. Por esos mismos tiempos escuchaba historias de mis tíos que usaban los mismos tenis hasta romperlos para después llevarlos a una vulcanizadora (sí, de las de llantas) a reparar. Lamentablemente, por más que quise, nunca pude conseguir unos tenis de esos que ni sabía como se llamaban.
En el 2003, Nike compró a Converse con la intención de revivirla. Pero Converse no podía revivir como aquella marca rebelde que sólo unos cuantos gustaban de usar. Siendo quienes eran los compradores de la marca, hasta la idea de Converse como una marca no-mainstream era inconcebible. Así que Nike hizo todo lo que estaba en su poder para vendernos Converse como la octava maravilla del mundo moderno. Como si nunca hubieran sido aquellos zapatos para básquetbol con más de 90 años de antigüedad. Como si no fueran los abuelos de los tenis actuales. En lo que a la mayoría respecta, los Converse son re lindos porque se puede conseguir un par diferente que combine con el atuendo de cada día del año. ¿A quién le importa que durante muchos años sólo hubieran Converse de bota blancos y negros?¿ A quién le importa que fueran de lona de algodón si ahora se pueden conseguir de cualquier cosa? Por si fuera poco, la nueva misión de Converse es salvar al mundo vendiendo ediciones especiales de sus objetos de moda al doble del precio de los normales. Admirable.
Yo sé que después de todo lo que acabo de escribir, sólo falta que organice una quema masiva de tenis. Podría hacerlo, pero debo confesar que les he tomado cariño a mis zapatitos. Son baratos y nada pretenciosos como yo. Tampoco son zapatos súper tecnológicos con amortiguadores incluídos. Son unos simples zapatos de lona, económicos e incómodos. Pero son mis Converse, y sólo yo los uso a mi manera. Al igual que Bob Dylan, Sid Vicious, The Ramones, Eddie Vedder y los que les siguieron lo hicieron en su tiempo. Uso Converse por todos aquellos rebeldes que se atrevieron a usarlos antes. Uso Converse para que la gente crea que soy víctima de la moda, para que me vean feo. Para que me digan hipócrita por tratar de ser diferente usando lo mismo que todo el mundo. Para poder sonreír cuando los veo y recuerdo al menos 50 de los 90 años de historia de los Converse me respaldan.